Según Gallardón, el futuro Centro de Interpretación de Metro, que abrirá sus puertas al público a mediados del próximo año, contará con dos sedes, una en la propia Nave de Motores y otra en la antigua estación de Chamberí.

Gallardón destacó que, con la recuperación de estos dos espacios, "incorporamos al Madrid del siglo XXI dos registros históricos del adelanto y desarrollo que tenía lugar en esta ciudad a principios del siglo XX".

La iniciativa, fruto de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y Metro, permitirá al público adentrarse en la historia del ferrocarril metropolitano y de la propia ciudad, a la que está íntimamente ligado. El periodo reflejado abarcará desde los primeros años del siglo XX, en los que el Metro transformó radicalmente la ciudad, hasta la actualidad.

Según el alcalde, en este Centro se explicará cómo el nacimiento y consolidación del Metro supuso un cambio fundamental, no sólo en las costumbres de los madrileños, sino en la propia estructura social de la ciudad. Además, se expondrán aspectos relacionados con la historia general del transporte, la relación entre el suburbano y la ciudad, la tecnología y su evolución, la ingeniería, la estética publicitaria o el diseño.

Gallardón dijo que se pretende también añadir un enfoque didáctico a través de reconstrucciones, instalaciones audiovisuales, paneles divulgativos y otros recursos que conviertan la visita a "Andén 0" en "una actividad amena y participativa". La visita a ambas sedes será gratuita y contará con un servicio de actividades culturales y didácticas para el público infantil y familiar.

Según Gallardón, esta iniciativa contribuye a la recuperación y puesta en valor del patrimonio tecnológico e industrial de la ciudad, ya que las dos sedes del centro se ubican en espacios diseñados por Antonio Palacios, "de incuestionable valor".

La Nave de Motores de Pacífico empezó a funcionar en 1924 y fue clausurada en 1987, mientras que la antigua estación de Chamberí se inauguró en 1919 y cerró en 1966. Gallardón dijo que el proyecto de rehabilitación de esta estación, obra de los arquitectos Pau Soler y Miguel Rodríguez, conserva el "carácter misterioso y fascinante que ha rodeado a la estación durante los años que ha permanecido cerrada".