El sepelio, al que acudieron unas 200 personas, tuvo lugar en el Salón del Troo del Gobierno Civil, donde ayer por la noche fue instalada la capilla ardiente. Esta es la primera vez que se celebra un funeral en la sede del Gobierno Civil.

En anteriores ocasiones los funerales se celebraron en la parroquia de la Sagrada Familia, cercana al Gobierno Civil, aunque esta vez se decidió hacerlo en la sede gubernamental debido a la insistencia del párroco de oficiar la misa en euskera y castellano. Por este motivo, en los últimos funerales de miembros de las fuerzas de seguridad del Etado se abucheó al sacerdote.

En el acto estuvieron presentes, además de la esposa, padres, hermanos y familiares del fallecido, el ministro del Interior, José Luis Corcuera; el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán; los gobernadores civiles de Guipúzcoa y Alava; el presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, José Bono, y otras autoridades políticas y militares.

La misa fue oficiada por el capellán de la Guardia Civil y dos sacerdotes más, uno de ellos el párroco de La agrada Familia, que leyó una carta del obispo de San Sebastián, José María Setién, en la que expresa su repulsa y condena al atentado y dice "a los que siguen matando que verán que es más valiente dejar de matar por razones de humanidad que dejar de hacerlo porque no es posible hacer otra cosa".

Al finalizar los actos fúnebres, varios compañeros del fallecido trasladaron el cuerpo en hombros hasta el patio del Gobierno Civil, donde esperaba la banda de música de la Guardia Civil, que entonó los himnosnacional y del Cuerpo, mientras se introducía el féretro en el coche fúnebre.

Hacia las 13,30 horas, el cuerpo de Emilio Castillo emprendió viaje hacia Ciudad Real, donde será enterrado mañana. Primero viajó en avión hasta Getafe, desde donde, por carretera, llegará a su ciudad natal hacia las 6 de la tarde.

A la salida del sepelio, el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, afirmó que con este tipo de actos "difícilmente se puede levantar la ciudad" y animó a todos los ciudadanos a que se movilicn y acudan hoy a las más de 100 concentraciones que diversas organizaciones pacifistas han convocado en diversas localidades del País Vasco como protesta por el atentado.

Por otra parte, el guardia civil herido en el mismo atentado terrorista, Victoriano Alvarez, de 22 años, continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Provincial de San Sebastián en estado grave.

El parte médico ofrecido a las 12 del mediodía indicaba que el paciente evolucionaba favorablemente, sin que hasta ese momnto se hubiesen presentado complicaciones.

Ambos miembros de la Benemérita fueron tiroteados ayer en el barrio donostiarra de Ategorrieta por dos individuos que les estaban esperando cuando se dirigían al cuartel de Intxaurrondo, donde ambos vivían. El guardia civil fallecido, de 32 años, estaba casado y era padre de una niña de dos años.