"En estos días sorprende ver cómo a las clínicas de abortos privadas se les abren todas las puertas en los ministerios y logran un apoyo claro de los partidos políticos de izquierdas y en especial de Izquierda Unida", manifestó en un comunicado el director de Fundación Vida, Manuel Cruz.

Estas clínicas, continuó Cruz, "obtienen cada año un volumen de ventas superior a los 60 millones de euros y se lucran de una actividad que consiste en matar fetos que poco después podrían ser niños".

"Llama la atención que Marisa Castro Fonseca, presidenta de la Clínica Isadora, uno de los locales donde más abortos se realizan, con una facturación de más de dos millones de euros, pueda ser aupada en las listas de Izquierda Unida a los escasos puestos donde podría conseguir el acta de diputada que ya obtuvo hace unos años", agregó este directivo de la Fundación Vida.