Durante la presentación de este indicador, Gómez-Escalonilla indicó que cada vez hay más normativa que introducen “obligatoriedad” en la apuesta que las empresas tienen que hacer en materia de sostenibilidad, que incluye los criterios ESG (medioambiental, social y gobernanza, por sus siglas en inglés). Eso sí, puso en valor que también están apostando las compañías por ir más allá de forma “voluntaria” de lo que exigen las leyes.

Para esta experta, “hay todavía un camino largo por recorrer, pero esos tiempos se van a acortar por la presión” de la normativa. Además, dentro de las siglas ESG, subrayó que la principal apuesta de este indicador de Seres es potenciar el “factor diferencial de la S”, porque “es el momento de construir la S de lo social”.

El ‘Índice SERES de la Huella Social’ tiene en cuenta la taxonomía europea, los criterios de aplicación de los fondos europeos Next Generation-EU, el ‘Plan España Puede’ y la Agenda 2030, entre otros.

Además, valora aspectos ‘verticales’ de impacto social como el empleo, la formación, la digitalización humanista, la cuestión social y la cohesión territorial. Engloba también los aspectos ‘horizontales’, que son los que están relacionados con el capital humano, el capital social, el modelo de negocio y el liderazgo y la gobernanza.

Con la intersección de ellos se pueden valorar aspectos como la reducción de la brecha de género; tener en cuenta a los clientes; cohesión social, y diversidad. Asimismo, según detalló Gómez-Escalonilla, para aplicar este indicador hay que tener en cuenta “cuál es el ciclo de vida del proyecto” que se quiere evaluar y qué grupos de interés “se están viendo afectados en cada una de las fases del proyecto”.

INFRAESTRUCTURAS

Posteriormente, el presidente de la Fundación Seres, Fernando Ruiz, moderó una mesa redonda en la que intervino el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, quien explicó que la ‘S’ está “totalmente incorporada” en la compañía, ya que “lo importante son las personas”. De hecho, apuntó que “las infraestructuras sirven para mejorar la vida de las personas”, por lo que “le damos la importancia que tiene y un poquito más”.

Además, declaró que en la compañía trabajan tres frentes: el interno, cuidando a la plantilla de la empresa matriz y de los países donde está presente Sacyr; externo, tratando de “mejorar” el entorno de la sociedad, y teniendo en cuenta los valores de los clientes.

No obstante, Manrique aprovechó su intervención para defender que la medición de la ESG sea “homogénea” y “comparable”, pero que no sea “falsificada”, es decir, “que lo que soluciones aquí” no se haga en otros países, poniendo el ejemplo de que no se pueda hacer fracking en España y sí se pueda adquirir gas en otros países que emplean esta práctica.

ACTUAR SOBRE LO MEDIBLE

Por su parte, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, destacó que para el supervisor “los datos son fundamentales” para medir el impacto social de las empresas, especialmente de la banca, porque “sobre lo que no se puede medir, no se puede actuar”. Asimismo, señaló que cada vez son más las empresas que estarán obligadas a publicar sus datos en materia de sostenibilidad y subrayó que tanto la parte social como medioambiental “deben ser unos componentes más a la hora de tomar decisiones de inversión y financiación”.

Delgado también puso en valor la “profunda reestructuración” que ha hecho el sector financiero en España a partir de la crisis de 2008, “con índices de eficiencia yo diría inigualables”. A su juicio, la “principal” lección que se extrajo de aquella crisis fue la de “reforzar” la gobernanza de las entidades financieras y es en este punto en el que “pivotan” los aspectos de la sostenibilidad relacionados tanto con el medio ambiente como con la parte social.

Finalmente, resaltó que en julio se publicarán los resultados de los nuevos ‘tests de estrés’ de la banca, en los que ya están “muy incorporados” los criterios ESG, aunque no haya “requerimiento de capital por el momento” en este sentido.