Sagarra explicó que el accidente e produjo cuando el niño Aitor Iglesias, de 5 años, de Madrid, se encaramó sobre la réplica de la escultura e hizo que la pieza se desequilibrara y cayera sobre su cabeza, causándole heridas mortales, según el informe elaborado por un guardia de seguridad del Museo Gaudí, que se encuentra junto al templo de la Sagrada Familia.

La estatua, de 2 metros de altura y unos 200 kilos de peso, reproduce una constelación de estrellas y pájaros y descansa sobre una base de dimensiones menores que la parte superor, hecho que podría explicar que la escultura cediera ante el peso del niño.

Para el presidente de la fundación constructora del templo, el suceso era totalmente "imprevisible", aunque consideró que no existen otros motivos para reforzar las medidas de seguridad existentes en el museo.

Sagarra dijo que la Sagrada Familia no tiene ningún seguro que cubra contingencias como la que ocurrió el sábado, ya que, según un estudio, hubiera resultado "antieconómico".

Sin embargo, afirmó que la fundacón cuenta con los recursos suficientes para responder a una eventualidad de este tipo en caso de que las autoridades judiciales declararan la existencia de alguna responsabilidad por parte de la entidad.

Por otra parte, el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, ha ordenado a los servicios de Urbanismo y Cultura del ayuntamiento que elaboren un informe sobre las circunstancias en que se produjo el accidente.