Lo dijo durante su participación en una mesa de debate en el marco de la undécima edición del Congreso Nacional de Organizaciones de Mayores que se está celebrando en Barcelona bajo la égida de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma). En ella también estuvieron presentes el impulsor de la campaña ‘Soy mayor, no idiota’, Carlos San Juan, y la directora de la Fundación del Convento Santa Clara, sor Lucía Caram, moderados por la directora científica del Máster Universitario de Trabajo Social Sanitario de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Dolors Colom.

En su intervención, Alberto Durán atestiguó que la ONCE puede dar “solidaridad, apoyo o trabajo” gracias a la “confianza” que la ciudadanía deposita en ella a través de instrumentos como los cupones, sobre los cuales afirmó que el próximo 23 de abril se dedicará uno al Día del Libro.

Esta introducción le permitió subrayar que la mitad de las personas que se afilian anualmente a la ONCE son mayores de 65 años. “Tenemos vocación de atender a las personas mayores”, refrendó.

Alberto Durán lamentó que “algunos poderes públicos vean el envejecimiento como un problema”, cuando, desde su punto de vista, es un “reto” que obligará a “repensar” la sanidad, los servicios sociales y la soledad no deseada.

En ese sentido, reseñó que actualmente se da por sentado que cuando “se cumplen años se merman los derechos”, lo que le permitió hacer un llamamiento para “hacer proselitismo” de las asociaciones que defienden los derechos de las personas mayores, ya que “200.000 personas desunidas no sirven de nada; mejor 100 con una agenda inteligente y autónoma”.

También les instó a ser “visibles”, puesto que “los problemas invisibles no se solucionan ninguno; y los visibles, siendo un poco coñazo, algunos”.

A su vez, Alberto Durán señaló que hoy en día “no se presta atención” a la economía senior, que “mueve el 30% del empleo” que se genera en España y concluyó invitando a “promover ejercicios para que la gente mayor se digitalice”.

Por su parte, Carlos San Juan aseveró que “el mundo necesita un diluvio de humanidad”, ya que las personas mayores sienten los estragos del “capitalismo salvaje”, aquel que dice que “tanto produces, tanto vales” y que “nos convierte en muebles urbanos”.

Abominó del término 'tercera edad', ya que se definió como un “adulto mayor”, y remató su intervención manifestando la conveniencia de “desterrar el estereotipo de que el niño genera ternura y la persona mayor, compasión”.

Por último, sor Lucía Caram exclamó que “teniendo el Gobierno más joven y más progresista, escuchamos cada día más estupideces” que buscan “imponer un pensamiento único”. “Queremos ser tan progresistas y tan feministas que nos olvidamos de que las personas mayores fueron quienes abrieron el camino en su día”, refrendó.

Arguyó que las personas mayores representan “el gran reto y la gran pobreza que tiene la sociedad”, puesto que “hoy ya no nos acordamos de su sufrimiento”, que se puso de manifiesto durante los momentos más duros de la pandemia.

Sor Lucía Caram comentó que conoció hace unos días que se van a organizar unas colonias para jóvenes con el objetivo de enseñarles a utilizar correctamente las redes sociales, algo que, a su juicio, no necesitan, por ser el segmento de la población que mejor las emplean. En su lugar, propuso organizar una iniciativa similar para que intercambien experiencias con las personas mayores.