LA FUNDACION FAES CRITICA EL MATRIMONIO GAY COMO EJEMPLO DEL "DERECHO A LO TORCIDO" DE ZAPATERO Y SU "BUENISMO" POLÍTICO
- Advierte de que el exceso de tolerancia y el principio de "prohibido prohibir" sólo lleva al "anarquismo"
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La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, arremete en su última publicación editorial contra la aprobación del matrimonio gay, como ejemplo del "derecho a lo torcido" de José Luis Rodríguez Zapatero y su "buenismo" político.
Así queda reflejado en el libro "El fraude del buenismo", editado por la Fundación FAES. En uno de sus capítulos, bajo el título "El derecho a lo torcido", el catedrático de Filosofía del Derecho Andrés Ollero denuncia la "ausencia de todo fundamento objetivo" en las decisiones de Zapatero dentro de su "actitud buenista", que "hace rebosar de generosa benevolencia a una operación aparentemente inocua".
Ollero, uno de los principales expertos jurídicos del PP y asesor de Mariano Rajoy, niega que tener derecho sea "desear algo y lograr un consenso social al respecto", como en una ocasión le respondió un representante de una asociación de gays y lesbianas durante una comparecencia en el Congreso.
El derecho a contraer matrimonio entre dos personas del mismo sexo es, en su opinión, un ejemplo de "derecho a lo torcido" o, parafraseando el concepto anglosajón de "Right to Do Wrong", "un derecho a equivocarse, a lo equivocado o a hacer el mal".
El concepto del "buenismo" político se basaría en seis principios: prohibido prohibir, derecho a todo lo no prohibido, no imponer las propias convicciones a los demás, máximo reconocimiento de derechos como lucha contra la discriminación, toda desigualdad implica discriminación y los derechos son gratuitos.
Ollero advierte de que el "prohibido prohibir" sólo lleva al "anarquismo" y a la aparición de "floridos escenarios anarcoides" en los cuales cada individuo tiene derecho a actuar "con arreglo a su buen saber y entender.
Además, niega que toda desigualdad implique algún tipo de discriminación y resalta que "por debajo de la orgía de derechos propia del buenismo late la convicción de que los derechos son gratuitos" como si el gasto del Estado en garantizarlos y protegerlos fuese "dinero ajeno".
En su argumentación, pone de manifiesto el "doble lenguaje" del "buenismo" cuando rechaza que se emplea el derecho para "hacer buenos a los demás" o para "preservar una ecología moral" como "la prohibición jurídica del vicio sexual no-comercial (fornicación o adulterio)".
Ollero asegura que la aprobación del matromonio homosexual pretende "que la sociedad deje de considerar inmorales determinadas relaciones" pese a que, en su opinión, la sociedad española sigue considerando "inmoral" el aborto décadas después de legalizarse en determinados casos.
Finalmente, aduce que "el buenismo político encierra una estrategia política oportunista capaz de garantizar el mantenimiento del poder sin abordar los arduos problemas existentes; e incluso inventándose irresponsablemente algunos inexistentes".
Para lograr el éxito político, este buenismo debe ir acompañado de una "ética buenista, fiel reflejo del pensamiento débil, y de sus complejos políticamente correctos. Por el contrario, asegura que "la única alternativa al buenismo es mostrar el coraje cívico suficiente para proponer una teoría de la justicia basada en un razonado concepto de la vida buena y ejercer la paciencia democrática para argumentarla de modo convincente". "Todo lo contrario a guarecerse en proclamas infundadas para no arrastrar el terrible riesgo de ser tildado de fundamentalista", concluye.
(SERVIMEDIA)
18 Nov 2005
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