"Estas sustancias pueden provocar varias enfermedades hepáticas graves como una hiperplasia nodunal, que es un crecimiento anormal de las células, o una colostasis, que es una obstrucción del drenaje biliar que puede llegar a producir cirrosis hepática", explicó a Servimedia el doctor Carreño.

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica del hígado que incapacita a este órgano para ejercer sus funciones de detoxificación del organismo.

Según este hepatólogo, la gravedad de la lesión hepática está relacionada con el tiempo. "Cuanto más tiempo se lleve ingiriendo este tipo de sustancias, mayores probabilidades se tendrá de desarrollar una enfermedad hepática grave. Cuanto antes se detecte el problema, se deje de administrar estos componentes, más probabilidades de curación habrá".