Unos 500 voluntarios trabajan cada día en los 33 bancos que tiene repartidos por España la fundación. Su misión es recoger, almacenar y distribuir alimentos a las más de 2.000 instituciones benficas que atienden diariamente en sus comedores en torno a 250.000 personas con muy pocos recursos.

Pese a los 40 millones de kilos repartidos, esta cantidad apenas llega a cubrir el 10 por ciento de las necesidades del conjunto de las instituciones benéficas que se ocupan de los más desfavorecidos. Por eso, la fundación, que tiene como presidenta de honor a Ana Botella, pretende abrir nuevos centros en fechas próximas.

Las grandes empresas alimentarias, que con frecuencia se ven ogligadas a deshcerse de excedentes de producción con elevados costes, encuentran en los bancos de alimentos unos buenos colaboradores, ya que se ocupan de recogerlos gratuitamente y retridistribuirlos a instituciones benéficas.