UGT considea que la actitud del Gobierno representa una "ruptura explícita del acuerdo entre Administración y Sindicatos" que acordaba subidas hasta el año 1997, lo que obligará al conjunto de los trabajadores de las administraciones públicas a "cerrar filas y contestar a esta agresión con contundencia y decisión".

Por su parte, CCOO expresa su rechazo total a las declaraciones en este sentido del presidente del Gobierno, José María Aznar, y pide una revisión de la decisión. En caso contrario, el sindicato consieraría que "se está dando un duro golpe al diálogo social y a la credibilidad de la negociación colectiva".