En este tipo de actos, el padrino debe tener la misma categoría que el fiscal que jura su nuevo cargo, en este supuesto, fiscal de sala, dado que Fungairiño fue ascendido en el escalafón de la carrera al ser necesaria esa categoría para ser nombrado fiscal jefe de la Audiencia Nacional.

La forma en que Cardenal propuso este ascenso y nombramiento al Gobierno, sin contar con el dictamen del Cosejo Fiscal, que se había opuesto en dos ocasiones a la promoción de Fungairiño, provocó que la Junta de Fiscales de Sala sugiriese a Cardenal que presentase su dimisión por considerar no ajustado a la legalidad dicho nombramiento. Asímismo, provocó el rechazo generalizado de la carrera fiscal, cuyas asociaciones profesionales solicitaron la dimisión del fiscal general y recurrirán el nombramiento.

Al término del acto, que tuvo lugar en el Salón de Plenos del Alto Tribunal bajo la presidencia de la Saa de Gobierno del Supremo, Cardenal no quiso pronunciarse al respecto, limitándose a decir a los periodistas que "no es el momento" para hacer declaraciones.

Fungairiño, por el contrario, preguntado si Cardenal tuvo que apadrinarle ante la negativa de los fiscales de sala, dijo que "puede haber algo de verdad" en ello y precisó que "en este momento, lo más seguro por así decirlo es que fuese el fiscal general" el que le apadrinase.

Por ello, dijo que Cardenal "ha tenido una gran generosidad, es u gran caballero y se ha portado muy bien conmigo. Naturalmente no tengo más que agradecérselo".