Según explicó el director general del Libro y Bibliotecas, Federico Ibáñez, que actuó como secretario del jurado, la elección de Ayala, en la que no hubo unanimidad, se produjo después de tres votaciones.

El galardonado no se encontraba hoy en España, debido a un viaje que realiza a Estados Unidos. El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, explicó que habían intentado inútilmente localizarle en Nueva York para notificarle la concesión del premio.

Manuel Alvar, presidente de la Ral Academia de la Lengua Española (RALE) y miembro del jurado, resaltó que Ayala es uno de los académicos más fieles y asiste puntualmente a todas las sesiones de los jueves, "pero ha tenido el buen gusto de marcharse para no incordiarnos".

RELATOS SOBRE TODO

La obra de Ayala se ha centrado especialmente en los relatos breves -que se agrupan en numerosos libros recopilatorios-, la novela, el ensayo y la crítica literaria. Entre sus títulos más conocidos figuran "Tragicomedia de un hombre sin espírit", "El boxeador y el ángel", "El hechizado" y "Recuerdos y olvidos".

Nacido en 1906, estudió Derecho y Filosofía y Letras. A los 28 años era catedrático de Derecho Político en La Laguna y colaboró con el grupo literario de Ortega y Gasset en "Revista de Occidente" y en "Gaceta Literaria".

Se exilió tras la Guerra Civil y se instaló primero en Argentina, luego en Puerto Rico y más tarde en Estados Unidos, hasta que en 1960 volvió a España, donde en 1972 recibió el Premio de la Crítica por "El jardn de las delicias".

Adolfo Bioy Casares, galardonado con el "Cervantes" en la anterior edición y presidente del jurado, señaló que Ayala merece más gloria de la que ha tenido hasta ahora, aunque ya son muy reconocidos sus méritos.

En 1983 ganó el Premio Nacional de Literatura y fue elegido académico de la RALE. En 1988 fue finalista del Premio Príncipe de Asturias y obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas. En 1989 fue investido doctor "honoris causa" por la Universidad Complutense de Marid.

Augusto Monterroso, designado por el presidente de la Agencia Española de Cooperación Internacional, aseguró que "en América Latina no sólo se conoce mucho a Ayala, sino que resulta uno de los autores imprescindibles".

NO FUE FALLO MACHISTA

Bioy Casares defendió al jurado de la acusación de "machista" por no haber premiado hasta ahora más que a una sola mujer, María Zambrano, en 1988, y dejar pasar la oportunidad de galardonar a Rosa Chacel, una de las candidatas que más sonaban en las preisiones de este año.

"Lo desagradable de la tarea del jurado es que no podemos premiar a todas las personas que deseamos; yo creo que sólo por eso no ha salido Rosa Chacel, porque había que premiar a uno y se prefirió a Ayala, pero no se pensó si era hombre o mujer", dijo Bioy.

Manuel Alvar señaló que le une desde siempre una gran amistad con Ayala, "a quien admiré en Estados Unidos y lo conocí en Méjico, cuando estaba en el exilio, aunque no se puede decir que seamos de la misma generación, porqe yo soy más joven".

Bioy Casares afirmó que ha podido cumplir muy pocas de las promesas de nuevas realizaciones literarias que se hizo el año pasado cuando le concedieron el premio, "pero no creo que eso les tenga que ocurrir a todos los galardonados; lo que ocurre es que yo estoy poco acostumbrado a la vida social".