La petición ha sido elaborada por el profesor Alain Serrie, jefe de la unidad de dolor del hospital Lariboisière de París y presidente de la ong francesa "Doleurs sans frontières" (Dolor sin fronteras).

El documento reclama que los países miembro de la ONU adopten medidas para que la asistencia médica incluya todos los tratamientos, métodos y terapias de eficacia reconocida para suprimir, o aliviar el sufrimiento que causa el dolor en cualquier país del mundo.

En él también se pide que para la puesta en marcha de esta política se adopte un acuerdo de cooperación multilateral de las instituciones especializadas en este tipo de tratamientos.

"Doleurs sans frontières" empezó en 1996 a ofrecer tratamiento para el dolor en los países más desfavorecidos atendiendo a víctimas de amputaciones como consecuencia de minas antipersonas, y actualmente ha ampliado esta labor a todas las situaciones en que éste puede producirse, como en el caso de la discapacidad, y las enfermedades crónicas y terminales.