Según el texto, se considera gran exceso de velocidad circular a 50 kilómetros/hora por encima del límite legal de cada vía, es decir, rodar a 180 km/h en autopista, a 140 en carretera nacional o a 100 en ciudad.

Si la modificación legal entra en vigor, los jueces podrán imponer al delincuente hasta 6 meses de cárcel y, en caso de reincidenca, los excesos de velocidad costarán 1.250.000 pesetas de multa y la retirada de 6 puntos (sobre 12) del permiso de conducir.

Francia entraría de este modo en el mismo club que Gran Bretaña y los países escandinavos, donde ya existe el delito de gran exceso de velocidad.

Junto al delito de gran exceso de velocidad, el Gobierno galo baraja otras medidas, como el responsabilizar al propietario del vehículo de la infracción, con independencia de quién lo conduzca. Este principio se aplica ya en los stacionamientos irregulares.

Asimismo, serán obligatorios los controles de drogas ilícitas, igual que ya lo son los de alcoholemia. De momento, no se prevén sanciones específicas. Los novatos (con menos de 2 años de experiencia) que cometan una infracción grave deberán seguir un curso de sensibilización de 2 días, y las autoescuelas, cuya formación está en entredicho, tendrán que firmar un contrato con sus alumnos.

Francia registraba casi 17.000 muertos anuales por accidentes de tráfico en 1972, ifra que ha ido descendiendo progresivamente hasta unos 8.000 en 1996. Con estas medidas, el Gobierno francés quiere reducir a la mitad esta cifra para el año 2002.