Las necesidades de seguridad pública, de identificación de las personas, la igualdad entre sexos y los valores republicanos, son otras de las razones esgrimidas por Halde para adoptar esta decisión.

"La libertad religiosa no es una cuestión absoluta: puede restringirse si existen motivos suficientes" subrayó Louis Scheweitzer, presidente de la institución gala para la lucha contra la discriminación con respecto a esta sentencia.

La decisión es consecuencia de una denuncia presentada por la Agencia Nacional de Acogida de Extranjeros e Inmigrantes, organización que imparte los cursos de francés obligatorios para inmigrantes que desconocen este idioma.

Los profesores de esta organización denunciaron la asistencia de alumnas que utilizaban el burka o el niqab en sus clases, lo que, en su opinión, dificulta la enseñanza de la lengua, ya que el docente precisa ver el rostro de los estudiantes para observar su progreso y comprensión de las lecciones.

En virtud de la sentencia de Halde, las participantes en estos cursos, obligatorios en Francia para renovar los permisos de estancia y obtener la tarjeta de residente, no podrán acudir a ellos con estas prendas.

Esta no es la primera resolución de este tipo en Francia. El pasado 27 de junio, el Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa en Francia, negó la nacionalidad a una inmigrante origen marroquí porque utilizaba burka, lo que en opinión de esta institución "vulneraba los valores de una sociedad democrática y el principio de igualdad entre sexos."