Fraga Iribarne había realizado estas declaracines en varias ocasiones durante los últimos meses, pero las manifestaciones realizadas durante la reunión que su Gobierno mantuvo antes de Semana Santa en el monasterio de Poio (Pontevedra), cuando reclamó a los aspirantes que ganarían más si se mantenían sin tomar posiciones -"Nadie se va a dar prisa por la cuenta que le tiene", dijo-, habían dejado en la opinión pública la certeza de que seguiría optando a la presidencia en el 97.

Esa frase de autoridad, con el añadido de que pondría la gobernabilidd en manos del pueblo gallego y del PP, abrió paso a nuevas especulaciones sobre su continuidad, sobre todo después de declaraciones en las que uno de los candidatos barajados para sucederle, Xosé Manuel Romay, se pronunciara varias veces en favor de la continuidad de Fraga.

Fraga reiteró hoy: "Tengo la decisión tomada y anunciada publicamente". Insistió en su creencia de que 8 años de mandato es tiempo adecuado para hacer una labor importante, y recordó que hay países que fijan ese tope a sus gobernates.

El presidente de la Xunta indicó que tras los ocho años "hay que dejar las cosas capaces de funcionar institucionalmente y con una renovación o recambio generacional. Yo lo he hecho siempre. Lo hice en el partido y lo haré también en Galicia. La cuestión está ya juzgada definitivamente", insistió.