Los científicos de esta compañía utilizaron la técnica en perros, en los que se consiguió estimular con éxito la recostrucción del tejido óseo mediante la inserción de un gen del tipo GAM (gen activado matriz) en los huesos rotos.

El GAM es un material esponjoso realizado a través de colágeno de vaca que tiene piezas móviles de ADN, llamadas plásmidos, que contienen un gen que promuve el crecimiento del tejido óseo.

El aumento de la formación de este tejido en los huesos fracturados se produce entre dos y seis semanas después de la operación. Los científicos han pedido que se autoricen ensayos con este método para tratar fracturas en ancianos y enfermos de osteoporosis.