David Solar, diretor de la revista "Historia 16", explicó a Servimedia que las características del hallazgo podrían concordar con la teoría de que en la zona hubiese un convento hace cien o ciento cincuenta años y que los monjes, según las costumbres, enterrasen a sus muertos en una cripta.

Los cuerpos se han encontrado en unas catacumbas, a catorce metros de profundidad, dentro de una galería que había sido cegada, unos encima de otros. Todos estos datos parecen indicar, según el historiador, que se trata de un depósto como los que suele haber bajo los conventos.

"La cantidad de tierra acumulada encima de las galerías da idea de que se trata de enterramientos bastante antiguos", apuntó, "lo cual podría determinar que hubiese algúna orden religiosa que tuviese que abandonar su edificio tras la desamortización de Mendizábal, dejando allí sus enterramientos, y luego fuese aprovechada la sede para fines civiles sin tener en cuenta que en el subsuelo había una cripta llena de cadáveres".

Frente a las especulacions de que se trate de un antiguo cementerio o que los cadáveres fuesen los muertos de alguno de los enfrentamientos mantenidos en Madrid durante los últimos meses de la Guerra Civil española, Solar consideró más probable la tesis del enterramiento conventual.

"En el caso de un cementerio, es poco habitual que se realicen obras sobre un camposanto, porque normalmente los ayuntamientos tienen constancia de su emplazamiento exacto y lo mantienen como terreno no edificable o proceden al traslado de los resos a otro cementerio cuando se va a construir", explicó Solar.

"Cabe la posibilidad de que alguien empezase a edificar, en una época en que estos temas no se llevaban tan estrictamente, viese algún cadáver y no dijese nada para que no le parasen las obras", señaló el historiador, "pero en cambio no concuerda la colocación de los cadáveres, apilados en galerías, con la tesis de una fosa común".

Por lo que se refiere a la teoría de los enfrentamientos entre comunistas y anarquistas por la rendiciónde Madrid en la Guerra Civil, Solar la descartó "porque los muertos se solían llevar a un cementerio, incluidos los de fusilamiento; no se amontonaban en el lugar de los hechos".