Según informó hoy la Comisión Europea, con los datos disponibles, no está en disposición de determinar si la ayuda cumple los requisitos establecidos en las directrices comunitarias sobre ayudas estatales al sector de vehículos.

En diciembre de 2000, España notificó a la Comisión Europea un proyecto de ayuda regional de 2.619 millones de pesetas para uns inversiones de Ford dirigidas a la fabricación de un nuevo motor en la fábrica valenciana, el I4, que se destinará a los modelos Focus y Mondeo a partir de 2003. Estas inversiones, que ascienden a algo más de 55.600 millones de pesetas, comenzaron en 2000 y se prolongarán hasta 2003.

Según la Comisión Europea, las autoridades españolas alegaron que Ford podría haber elegido su planta de Bridgend (Reino Unido), que también fabrica motores, como destino para esta inversión. Por ello, llevaron a cabo u análisis de coste-beneficio, comparando el coste de otras fábricas, y concluyeron que la de Valencia tenía una desventaja comparativa del 10,8%, lo que justificaba una ayuda del 4,88%.

Sin embargo, la Comisión cree que las autoridades españolas no han facilitado suficientes pruebas de que Ford en realidad se plantease seriamente elegir la fábrica británica. Además, considera que con los datos de que dispone, el análisis de coste-beneficio no prueba que la elección de Valencia implique realmente una dsventaja en materia de costes en comparación con Bridgend.

Para la Comisión, "no parece probable que la ayuda pueda acogerse a una excepción". Los aspectos que suscitan dudas en la Comisión Europea son la justificación de los costes de maquinaria y equipos notificados, la inclusión de costes relacionados con despidos que habría que efectuar si no se llevase a cabo el proyecto en Valencia y los costes relacionados con el transporte de los motores hasta las instalaciones de montaje.