Preguntada insistentemente por el letrado Marcos García Montes, que ejerce una de las dos acusaciones populares, acerca de si González estaba al tanto del uso que se le daba a los fondos reservados, Navarro explicó que "yo nunca he dado cuentas a nadie".

"El tenía confianza en mí y uponía que yo hacía lo correcto", afirmó Navarro. "No tuve que dar explicaciones a nadie, me rendía cuentas a mí misma", añadió. No obstante, la testigo dijo que en una ocasión sí que le consultó, y el ex presidente del Gobierno le respondió que "es un asunto tuyo, resuélvelo tú".

Reconoció que el 26 de septiembre de 1991 cobró en el Banco de España un cheque de 28 millones de pesetas que destinó a gastos extraordinarios no presupuestados, muchos de los cuales surgieron a raíz de la Conferencia de Pazde Oriente Medio celebrada en Madrid ese mismo año.

Asimismo, preguntada por García Montes, Navarro dijo que cobró "tres o cuatro" cheques más, aunque de cuantías menores.

En relación al control de los fondos reservados, explicó que hacía un seguimiento del destino del dinero. Cuando se gastaba, tras comprobar que las cuentas cuadraban, destruyó las facturas.

Navarro asumió estas competencias porque durante un tiempo estuvo vacante la plaza que dejó Julio Feo en la Secretaría General de Presdencia, "Cuando se fue Feo, me dijo que me tenía que ocupar de los gastos extraordinarios no presupuestados", concluyó.