En la época en que Interior estaba separado de Justicia, el Banco de España exigía el visto bueno del seretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera (1986-94), y la firma de una de las dos personas autorizadas: su secretario particular, Juan de Justo, y el hoy general de la Guardia Civil Primitivo Seivane.

Antes, incluso, cuando Julián Sancristóbal era director para la Seguridad del Estado (1984-86), el banco llegó a librar talones sólo con la firma de los entonces autorizados Juan Antonio Mínguez y Luis Bernaldo de Quirós (cuñado de Vera). Preguntados ambos el juez de la Audiencia Nacional BaltasarGarzón, en relación al `caso GAL', estos respondieron que actuaban por orden de Sancristóbal.

La titular del Juzgado de Instrucción Número 43 de Madrid, María Jesús Coronado, que instruye el sumario sobre fondos reservados, tiene en su poder 700 cheques del Banco de España, muchos de los cuales sirvieron para pagar, de forma presuntamente irregular, sobresueldos a policías y otros funcionarios.

Lo habitual era que los talones fueran librados al portador, aunque algunos eran nominativos, como una gratificación" al ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán.

A partir de los años 90 también se libró dinero de fondos reservados en sobres que se entregaban en mano y con los que presuntamente se enriquecieron de forma millonaria personajes como Roldán.

CONTROL `A POSTERIORI'

El PP quiere establecer el control previo que suponen las tres firmas -"siempre será más difícil una operación irregular entre tres que entre dos", argumentan las fuentes consultadas- y, también algún tipo de fscalización con carácter reservado `a posteriori'.

Siendo Vera secretario de Estado para la Seguridad se llevaba una contabilidad que se destruía cada cierto tiempo (no había un plazo fijo, aunque los ex responsables de Interior han declarado a los jueces que cada cinco a seis meses).

La llegada de Margarita Robles a la Secretaría de Estado de Interior impuso un control reservado pero contínuo de las cantidades que se libran con cargo a la cuenta del Banco de España.

Los sucesivos escándalos no obstante, han propiciado que en 1995 sobraran 200 millones de la partida de 815 millones que se había asignado a Interior en los Presupuestos generales del Estado para el año pasado. El control "exhaustivo" de Robles sobre esa partida, se señaló a Servimedia en enero de este año, conllevó un descenso notable del gasto.