Según ha informado el departamento de Rafael Arias-Salgado, con el acuerdo alcanzado entre ambos colectivos se definirá claramente en qué áreas de la edificación tienen responsabilidades los arquitectos, como directores de obra, y en cuales asumen esa función los ingenieros.

En éste sentido, el compromiso al que se ha llegado contempla que sean los arquitectos los que tengan competencia exclusivamente en edificaciones de vivienda, de actividades edcativas, sanitarias y culturales.

Por su parte, los ingenieros lo harán en edificios destinados a transportes, energía, telecomunicaciones y actividad agropecuaria sin perjuicio de que los arquitectos puedan participar también en el proyecto.

Para el Ministerio, el acuerdo desbloquea una ley con la que se pretende aumentar de calidad y seguridad en los edificios, y dar mayores garantías a los ciudadanos en el mercado de la edificación, ya que quedarán delimitadas las responasabilidades de todos ls agentes que intervienen en el proceso constructivo.

El proyecto de Ley de la Edificación no ha estado exento de polémica, desde que el último Gobierno socialista intentó ponerlo en marcha por primera vez. La última polémica fue la protesta de los Colegios de Arquitectos contra el proyecto, en el que a su juicio no se les había tenido en cuenta.

Por su parte, los promotores inmobiliarios vienen advirtiendo desde hace tiempo de los efectos perjudiciales que el proyecto puede acarrear al mercado d la vivienda, ya que se incluyen obligaciones que incurren en mayores gastos, y que acabarán recayendo sobre el precio final que pagan los ciudadanos.

En concreto, hacen referencia a la obligación contemplada de exigir un seguro de responsabilidad sobre los posibles defectos de construcción.