Durante la construcción de los dos últimos tramos de la autovía, que se pondrán en servicio mañana, "se ha realizado un estricto seguimiento en materia de impacto ambiental y se ha procedido a la recupeación del terreno mediante plantaciones, tratamiento de taludes y construcción de pasos de faunas", asegura el departamento que dirige Rafael Arias-Salgado en un comunicado.

El tramo Atalaya de Cañavate-Motilla del Palancar, de 35 kilómetros y cuyo trazado se desplazó hacia el sur de la actual carretera Nacional-III con el fin de evitar la afección a las Hoces del río Júcar, cuenta con dos pasos de vías pecuarias y dos pasos de fauna.

En este tramo se han plantado más de 19.000 plantas y árboles60.000 arbustos, en tanto que se han utilizado más de 460.000 metros cúbicos de tierra vegetal en la rehabilitación de taludes.

En el tramo de 9 kilómetros que discurre sobre el embalse de Contreras se han tomado también precauciones adicionales para disminuir los impactos en el entorno, dada la riqueza medioambiental del paraje por donde discurre la autovía.

En este tramo se han plantado 7.415 árboles y 66.683 arbustos y se ha efectuado hidrosiembra en taludes en más de 450.000 metros cuadradosde superficie.