Esta cifra es muy similar a la de los seis primeros meses de 1997, cuando las prestaciones pagadas por el Fogasa a los traajadores sumaron 48.355 millones de pesetas, que se repartieron entre un total de 94.542 trabajadores.

Trabajo destacó que el tiempo medio de pago de las prestaciones abonadas por el Fogasa se situó durante el primer semestre del año en torno a cinco meses, tres meses menos que en el mismo período del año pasado, cuando el plazo medio de pago fue de unos 8 meses.

Según el departamento que dirige Javier Arenas, el esfuerzo realizado este año ha permitido mantener el nivel de protección social y qu no haya prestaciones pendientes de pago al finalizar el ejercicio.

De los 48.581 millones de pesetas pagados por el Fogasa entre enero y junio de este año, 19.491 millones correspondieron a salarios pendientes de pago por las empresas insolventes y los 29.090 millones restantes a indemnizaciones de despido no pagadas por las compañías.

El total de expedientes tramitados por el Fogasa en el primer semestre fue de 36.567, frente a los 32.563 de 1997, mientras que las empresas afectadas por situacines de insolvencia fueron 28.384, cifra superior a la del pasado año (25.682).

Según los datos de Trabajo, los 48.581 millones de pesetas abonados por el Fogasa hasta junio se repartieron entre 93.170 beneficiarios, con lo que la prestación media se colocó en 521.423 pesetas, casi un 2% superior a la cobrada en el primer semestre del pasado año.

CUOTAS RECAUDADAS

Entre enero y junio de este año, las cuotas recaudadas por el Fogasa, que proceden de los empresarios, alcanzaron los 37.254 millonesde pesetas, lo que permite, asegura el ministerio, la financiación de las prestaciones que se destinan a las regiones y sectores productivos donde exista insolvencia empresarial.

Pese a la reducción del número de solicitudes de prestaciones del Fogasa por la buena marcha de la economía, Trabajo cree que esto no se reflejará hasta finales de este ejercicio, dado que tanto en 1997 como en 1998 se están atendiendo prestaciones derivadas de insolvencias empresariales sobrevenidas hace año y medio o dos añs, desde que se produjo el despido del trabajador.

Además, según Trabajo, el proceso de declaración de insolvencia precisa una serie de actuaciones judiciales que dilatan en el tiempo su aprobación, y hasta que no se producen, el Fogasa no puede reconocer las prestaciones. También están repercutiendo en este ejercicio las prestaciones que en su día no pudieron pagarse al superar con creces las peticiones a los ingresos por cuotas.