Esa cantidad, que supone un incremento del 14,2 por ciento respecto al mismo periodode 1991, benefició a un total de 69.898 trabajadores de 12.874 empresas, por lo que la prestación media se situó en 448.582 pesetas.

La mayoría de los beneficiarios fueron empleados afectados por situaciones de insolvencia de sus empresas, que comprende el pago de salarios e indemnizaciones originados por suspensiones de pagos, quiebras y otras situaciones de crisis empresarial.

Los trabajadores a los que el Fogasa tuvo que satisfacer las deudas contraidas con ellos por sus empresas fueron 59.471 unos 4.000 más que en el mismo periodo de 1991, y el importe que se les pagó ascendió a 28.560 millones de pesetas.

Más de la mitad de los trabajadores auxiliados por el Fogasa pertenecían a empresas de menos de 24 trabajadores, concretamente 40.142, mientras que sólo 5.698 prestaban sus servicios en compañías de más de 250 empleados.

Por comunidades, la principal beneficiaria del Fogasa fue Cataluña, que se llevó algo más de la tercera parte de las prestaciones, 11.052 millones de pesetas, casi2.000 millones más que el año pasado.

El segundo lugar lo ocupó Valencia, con 5.560 millones, seguida del País Vasco (3.025 millones), Andalucía (2.625), Madrid (2.341), Aragón (1.338), Galicia (1.130), Castilla y León (740), Castilla La Mancha (725,7).

A continuación figuran Asturias (560,2 millones), Canarias (397,7), Cantabria (293,4), Murcia (279,7), Navarra (275,5), La Rioja (253,9), Extremadura (231,4), y Ceutal y Melilla (18,1).

Los pagos del Fogasa, un organismo que comenzó a funcionr en 1977, registraron su máximo histórico diez años después, cuando alcanzaron los 70.858 millones de pesetas.

Desde ese año, iniciaron un descenso continuado, que se rompió el año pasado y volverá a quebrarse este ejercicio, como consecuencia del incremento de las situaciones de crisis y de suspensiones de pagos.