Según los pescadores, esta mercancía llega a recintos portuarios en camiones, vendiéndose a más bajo precio que el fresco capturado por las flotas de cercanías y arrastreros horas antes del inicio de la subasta.

Este hecho ha provocado que en varias ocasiones buena parte de la pesca haya tenido que ser tirada al mar, lo que, a juicio de los trabajadores y empresarios del sector, supone "una muy grave competencia desleal, además de poneren peligro la supervivencia de tres mil familias".

La Cofradía de Pescadores de Málaga ha solicitado al Gobierno Civil de la provincia el aumento de medidas de control sobre este tipo de venta, propuesta que se discute esta tarde en una reunión que mantienen ambas partes.

Diversos colectivos de pescadores han denunciado que el pescado vendido por los camiones "es el que en otras lonjas no han querido el día anterior; la mayoría de este pescado es el que sobra en Madrid", aseguran.

Asimismo, os pescadores han advertido del riesgo para la salud que supone el consumo de este tipo de pescado, por las sustancias químicas que utilizan los transportistas para su conservación.

En caso de no prosperar las propuestas de los trabajadores para eliminar esta venta de pescado, la Cofradía de Málaga está dispuesta a cerrar la lonja, lo que provocaría el desabastecimiento de los mercados de la provincia.