EL FLAMENCO SE INSTALA CON FUERZA EN MADRID TRAS EL EXITO DEL II FESTIVAL CLAUSURADO ANOCHE

- "Sordera de Jerez" recibió ayer el galardón "Calle de Alcalá" tras 30 años de trabajo en Madrid

MADRID
SERVIMEDIA

La familia Soto puso anoche el punto final al II Festival de Flamenco de Madrid, que ha contado en est edición con un seguimiento masivo de público (las entradas se agotaron varios días antes) y que ha convertido a esta ciudad en una cita anual obligada tras la desaparición de las cumbres flamencas.

El cantaor Manuel Soto "Sordera", también conocido como "Sordera de Jerez", recibió ayer el galardón "Calle de Alcalá" por su dedicación al cante en Madrid durante más de treinta años.

Manuel Soto fue acompañado en el escenario por sus hijos Vicente, Enrique y José, y por su sobrino José Mercé. La difrencia en el arte del padre y los vástagos evidenció la evolución del flamenco actual hacia "fusiones" con otros estilos. Manuel Soto representó el cante puro; sus hijos, la experimentación.

Los incondicionales del flamenco han disfrutado con varios estilos y tendencias, pero la calidad ha sido predominante entre la elección de los patrocinadores, la Fundación Caja de Madrid.

Antonio Fernández "Fosforito", Manuela Carrasco, Diego Carrasco y Enrique Morente fueron los más aplaudidos. También estuveron, entre otros, Miguel Poveda, Eduardo Serrano y Joaquín amadro, esposo de Manuela Carrasco, hasta completar unos cuarenta artistas.

El teatro Alcalá Palace fue el patio de los artistas del arte de ley. Sin embargo, este escenario no ha sido una cita anecdótica, ya que casi todos los participantes han coincidido al afirmar que Madrid debe coger el relevo de las cumbres flamencas, desaparecidas en 1987.

La necesidad de un festival anual regular se ha manifestado también entre los asistentes. Asstieron a la cita numerosos aficionados madrileños, pero también almerienses, cordobeses, gaditanos, granadinos y sevillanos, entre otros.

Cuatro jornadas, el cartel de "no hay localidades" a diario y la calidad de los participantes ponen una pica para que el flamenco encuentre su cauce estable en Madrid.

(SERVIMEDIA)
06 Feb 1994
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