En un escrio remitido al juzgado, la fiscalía indica que "Fittipaldi", considerado el experto en explosivos de ETA y que permanece en prisión en Francia desde la desarticulación de la cúpula etarra en marzo de 1992 en ese país, "con evidente ánimo homicida, intervino o en la preparación o en el envío del paquete-bomba".

Según la fiscalía, el envoltorio del paquete bomba remitido a Fernando de Mateo en su domicilio tenía idénticas características técnicas que el enviado al día siguiente al teniente fiscal de la Adiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y al recibido ese mismo día por el teniente del Ejército Francisco Albarracín, en los que fue localizada una huella de Arregui.

Además, los informes periciales demostraron que las estampaciones del sello en tinta puesto en el envoltorio del paquete-bomba enviado a Fungairiño fueron realizados por el mismo sellador que puso las estampaciones del sello en tinta de la bomba enviada a De Mateo, y que la máquina de escribir con la que se hizo las inscripciones de las eiquetas de los envoltorios de ambos paquetes fue la misma.

La fiscalía también resalta en su escrito que "en el paquete destinado al sr. Albarracín aparecía como remitente el nombre del propio sr. Mateo, cirscunstancia ésta que inequívocamente sólo Arregui pudo introducir".

El ministerio público basa su petición de extradición en que contra Arregui ya fue dictado auto de procesamiento y de prisión por estos hechos el pasado 24 de abril y en que la pena que puede recaer al ex dirigente etarra por ste atentado es de reclusión mayor en su grado medio, es decir hasta 26 años y 8 meses de cárcel.

Además, destaca que el delito atribuído a Arregui no ha prescrito, por lo que pide al juzgado que dicte un auto proponiendo al Gobierno que demande de la autoridades de Francia su extradición a través del Ministerio de Justicia e Interior español y de acuerdo con el convenio de extradición vigente entre ambos paises.

El atentado contra el ex presidente de la Audiencia Nacional fue cometido el 27 de fbrero de 1990, día en que Mateo Lage recibió en su domicilio en Madrid un paquete postal remitido a su nombre a través de servicio de Correos.

Dicho paquete, que tenía la apariencia de un libro, tenía un sello en su exterior que decía "Ministerio de Justicia. Dirección General de instituciones Penintenciarias". Cuando el ex presidente de la Audiencia Nacional abrió el paquete, explosionó el atrefacto-trampa, produciéndole gravísimas lesiones que precisaron numerosas intervenciones quirúrgicas, así com destrozos en el interior de la vivienda.