Con esta postura, que también fue secundada por una decena de insumisos presos en otras cárceles españolas, pretendían mostrar su rechazo a la concesión prácticamente automática del tercer grado penitenciario a cada uno de los jóvenes que eran condenados y encarcelados por su negativa a realizar el servicio militar y la prestación social sustitutoria. La medida fue acordada por el Gobierno el pasado mes de agosto.

El plante consisti en no acudir a la prisión a pernoctar y hacerlo en casa de otra persona que les acogió con este fin. Al día siguiente, los insumisos navarros se concentraron en una iglesia de Pamplona e hicieron pública su situación a la espera de ser detenidos, lo que ocurrió horas después. Desde entonces se hallan recalificados en segundo grado, sin posibilidad de permisos y salidas diurnas.

El juzgado de guardia abrió diligencias por lo ocurrido y tomó declaración a los 34 insumisos, así como a quienes les acogieon en sus domicilios. Estas fueron pasadas al ministerio fiscal, que ha calificado los hechos como un quebrantamiento de condena, "por no haber acudido a la prisión a dormir", según el escrito de calificaciones.

Por su parte, la defensa de estos jóvenes entiende que nunca existió tal quebrantamiento, dado que este delito implica una evasión y "los insumisos siempre dejaron constancia del lugar en el que se encontraban". Por ello, demandará, en la vista que se celebrará en un juzgado Penal dentro de uns meses, la absolución.

Asimismo, el pasado mes de febrero 13 de los 110 insumisos encarcelados en Pamplona volvieron a secundar otro plante, cuyas consecuencias penales y penitenciarias serán idénticas.