La organización coservacionista presentóel escrito de denuncia el pasado miércoles día 2, tras producirse la emisión, ya que en los análisis de polvo de PVC realizados tras accidentes similares ocurridos en la misma fábrica se detectó la presencia de disolventes tóxicos.

Según Greenpeace, estas sustancias expulsadas al aire por la planta de producción pueden haber afectado a la salud de los vecinos de las viviendas situadas en las próximidades, en el denominado Barrio de la Charca.

El PVC es un plástico de uso muy extendido, que está sendo restringido en muchos países europeos debido a los graves efectos sobre la salud pública y el medio ambiente ocasionados durante su producción, uso y gestión como residuos, que le han valido el sobrenombre de "veneno medioambiental".

Dolores Romano, responsable de la campaña de Producción Limpia de Greenpeace España, considera que "los reiterados accidentes sufridos por esta planta merecen que la Justicia actúe y depure responsabilidades. La fábrica de Miranda de Ebro supone una amenaza inadmisibe para la salud de los vecinos y para el medio ambiente".