La fiscal consideró injuriosas las declaraciones en las que calificó a Atutxa de "bocazas, chulo, fascista y matón" durante el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de San Sebastián y que quedó visto para sentencia. Por su parte, el abogado defensor de Olano, el miembro de HB Iñigo Iruín, pidió la libre absolución de su cliente.

En sus conclusiones, la fiscal calificó las palabras de Olano de "vejatorias e infamanes" y que su sóla presencia "implican un ánimo de injuria".

Durante la vista, Olano destacó que sus manifestaciones fueron realizadas días después de que el 14 de junio de 1.992 Atutxa hiciera unas declaraciones en favor de la política de dispersión de los presos de ETA y asegurara que algunas familias llevaban a sus hijas de 17 años a mantener relaciones "vis a vis" con presos de ETA.

El portavoz de Gestoras matizó que la terminología que Atutxa utilizó era la propia de "un chulo de barrio" y dio que era un bocazas por su incontinencia verbal, al hacer declaraciones sin tener pruebas.

Consideró además que la apreciación sobre las familias de los presos y sus hijas era "repugnante", a lo que la fiscal respondió que no se estaba juzgando a Atutxa, sino las declaraciones de Olano.

Tres testigos de la defensa, miembros de la Asociación de familiares de presos Senideak manifestaron que se sintieron "humillados e insultados", por lo que pidieron a a Olano que saliese al paso de aquellas palabas.

Iruín, al elevar sus conclusiones a definitivas, mostró su extrañeza por que la fiscalía mantuviera la acusación contra su defendido. Afirmó que los hechos carecen de trascendencia legal e hizo referencia al proyecto de nuevo Código Penal en el que, según dijo, este tipo de delitos no estarán incluidos.