En concreto, el fiscal Alonso pidió al tribunal que imponga a Apesteguia Jaca 2 años de prisión y 20 de inhabilitación al considerale autor de un delito de amenazas terroristas.

Según las tesis del fiscal, el 22 de junio de 2006 Apesteguia, al salir al patio de la prisión de Huelva, donde se encuentra cumpliendo condena precisamente por delitos de amenazas terrorista relacionadas con el cobro de la extorsión de ETA a empresarios vascos, se negó a pasar por el arco detector de metales.

Tras ser requerido por los funcionarios presentes, el acusado levantó la mano y, apuntando con el dedo índice y con el pulgar levantado, simulando una pistola, les dijo: "¡Vale de tonterías!".

Al insistirle en que cejara en su actitud, el etarra respondió: "No te preocupes, si no esta cargada; esto es sólo un dedo, no es mi pistola". Al ser reducido, Apesteguia siguió gritando y diciendo "no sabéis con quién os metéis", además de otras frases amenazantes.

En su declaración hoy ante el tribunal, Apesteguia Jaca aseguró que, con su gesto, en ningún caso quiso amenazar a los funcionarios de la prisión.

Los etarras Felipe San Epifanio y Asier Carrera, que comparten prisión con el acusado y que declararon hoy durante el juicio, aseguraron que fueron los funcionarios de prisiones los que, en el control para salir al patio, se dirigieron "de muy malas formas" a Apesteguia Jaca.

Bien distinta fue la versión ofrecida por los funcionarios de prisiones que declararon en la vista oral. El funcionario que estaba controlando la salida al patio de los presos, y al que el etarra dirigió el gesto, aseguró que se sintió "muy amenazado".

Este testigo explicó que el incidente le infundió "un gran temor" por tratarse de un preso etarra. "Si hubiese sido otro tipo de interno no me lo hubiese tomado tan en serio, pero mi colectivo está amenazado y él (Apesteguia Jaca) estaba hablando muy en serio, estaba muy violento", señaló.

Además, indicó que existen sospechas de que el acusado se dedica a pasar información a la banda terrorista relativa a los funcionarios de prisiones, ya que, a su llegada a la cárcel de Huelva, se le encontró entre sus efectos personales "una fotocopia de una hoja de servicio con los turnos de los compañeros de la prisión de Málaga".

Tras escuchar estos testimonios así como los informes y las conclusiones definitivas del fiscal Alonso y de la defensa, el presidente del tribunal, el juez Javier Gómez Bermúdez, pronunció el visto para sentencia.