Los hechos ocurrieron en 1982, cuando, según el fiscal, Delia González entró en la habitación donde dormía s marido y le roció el cuerpo con gasolina, así como la cama. Posteriormente, la procesada fue a la habitación en la que dormía su amante y también le prendió fuego.

El fiscal señaló en el juicio, que ha quedado visto para sentencia, que la acusada tenía profundas desavenencias con su marido, y que éste declaró a la Guardia Civil antes de morir que su mujer entró en la habitación y le prendió fuego.

Por su parte, la defensa pidió la absolución por considerar que no existen indicios de culpabilidad hecho que motivó las iras de los familiares de las víctimas, que profirieron gritos contra la defensa, por lo que tuvo que ser desalojada la sala por fuerzas del orden público.