La vista contra los dos procesados comenzó hoy en el Juzgado de lo Penal número 14 de Barcelona. Según el informe del fiscal, los hechos, que ocurrieron en 1983, fueron descubiertos después de declararse un inendio en la pedrera, situada en el pasaje del Pla, en Sant Feliu de Llobregat.

A raíz de las inspecciones, fueron detectados vertidos ilegales de productos químicos contaminantes que, después de ir a parar a la zona, se filtraban en las aguas subterráneas de la población.

El fiscal explicó que el propietario de la pedrera cobraba distintas cantidades de dinero a conductores de camiones de varias empresas, entre las cuales estaban Quimidroga y la Quinta de Salud La Alianza, por verter residuos en l lugar. El vigilante también había cobrado en algunas ocasiones 10.000 pesetas por el mismo motivo.

Josep Mas negó durante el juicio estar implicado en los hechos, ya que, según su versión, no tenía ninguna relación con la propiedad de la pedrera desde tres años antes, porque su padre lo había desheredado. Antonio López, por su parte, tampoco reconoció haber trabajado como vigilante en la zona, sino como "trapero que acudía allí para recoger hierros y papeles".

El responsable de la Guardia Urban de la población, sin embargo, declaró en la vista que Mas era propietario de la pedrera y López vigilante cuando se realizaron los vertidos.