El fiscal señala en sus conclusiones provisionales que el sacerdote mostró revistas pornográficas a varias niñas de la parroquia, a las que además habría sometido a tocamientos libidinosos.

Los hechos comenzaron a ser investigados el pasado mes de mayo, tras la denuncia presentada contra el párroco por las madres de variasniñas, que explicaron a sus progenitores como el sacerdote las coaccionaba para que se desnudaran y vieran juntos revistas pornográficas.

Según un informe médico al que fue sometido el cura a petición del fiscal, "el sacerdote no sufre nungún tipo de trastorno, por lo que es consciente de la bondad o maldad de sus actos".

El Obispado de Murcia hizo público hoy un comunicado en el que defendía la rectitud del sacerdote, del que afirma que ha mantenido siempre una conducta "intachable".

Una delas primeras medidas que adoptó el juzgado de intrucción fue obtener garantías del vicario de la diócesis de que Juan Marín, de más de 60 años, no volvería a la parroquia, con el fin de evitar males mayores a causa de la tensión suscitada en el vecindario.