Los hechos se remontan al 1 de noviembre de 1989 cuando, según el fiscal, ls dos procesados llegaron a la plaza de Tirso de Molina, en Madrid, después de haber comido gratuitamente en un convento cercano.

Al poco tiempo, se les acercó Eloides, acompañado de una persona no identificada, que les pidió un poco de vino. Como respuesta, Tomás Delgado sacó una barra de hierro y le golpeó hasta que cayó por las escaleras de entrada a unos servicios públicos ubicados en la citada plaza.

Sin embargo, la versión que ofrecieron los procesados fue bien distinta. Tanto Tomás como Toasa coincidieron en relatar que fue Eloides quien les agredió, después de que le negaran un trago de vino.

Según los acusados, la supuesta víctima amenazó a Tomás, al que conocía de vista, y le dijo: "te vas a enterar". Al poco tiempo, volvió con tres o cuatro individuos que empezaron a pegar a Tomás, hasta que su amiga Tomasa consiguió llevárselo a un lugar apartado para que no le siguieran apaleando.

El informe aportado por el forense confirmó que Eloides, que ingresó cadáver en la clínica a laque le trasladó la policía municipal, presentaba numerosas lesiones traumáticas en la cara, laringe y páncreas, lo que sumado a la gran cantidad de alcohol que había ingerido y una hemorragia posterior, provocaron su muerte.

El especialista no pudo precisar si las lesiones fueron a consecuencia de una caída, como sostienen las defensas de los mendigos, o por los golpes que le propinaron con una barra de hierro.

La declaración de los testigos, en su mayoría mendigos que habitualmente se reúnen en l lugar de los hechos, tampoco ayudó a esclarecer los datos, ya que unos ratificaron la versión de los acusados y otros (dos indigentes cuyas declaraciones fueron leídas ante la imposibilidad de localizarles) la del fiscal.

Este último consideró que los hechos constituyen un delito de homicidio por el que pide 18 años y 4 meses de prisión para Tomás Delgado, y 12 años para Tomasa Sanjuán, que, según el ministerio público, también golpeó a Eloides.

Los abogados defensores solicitaron la absolucióno, como alternativas, que el tribunal estime los hechos como una falta de lesiones con penas de arresto menor.