Los hechos se remontan al día 8 de junio de 1993 cuando Miguel y Purificación ingresaron a su hija Tamara, de 9 meses, en el hospital de Son Dureta (Palma de Mallorca) en estado de coma. Allí permaneció tres días, con múltiples golpes y magulladuras por todo el cuerpo, que le provocaron la parálisis del lado izquierdo del cuerpo.

En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, el fiscal considera probado que Miguel Herrera, e estado de embriaguez, intentó tapar la boca a la niña el día 4 de junio de 1993 para evitar que llorara, pero con tal violencia que la estranguló durante tres minutos, lo que le provocó un infarto cerebral.

Como Tamara no dejaba de llorar, su padre la estampó contra el suelo, por lo cual el fiscal solicita 13 años de cárcel para Miguel Herrera y otros tantos para la madre por comisión por omisión, ya que según el fiscal, Purificación conocíaa de la brutalidad de su marido y aún así no dijo nada y ni iquiera auxilió a su hija.

Asimismo, el fiscal ha solicitado también que se les deniegue la patria potestad de la niña, ante lo cual Purificación se levantó y gritó ante el juez que "lo que me ha dado Dios no me lo van a quitar los hombres".

Por su parte, el abogado defensor exige la libre absolución de los padres, porque considera que las magulladuras que presentaba Tamara por todo el cuerpo eran sólo "consecuencia de excesos de amor y cariño, en el frenesí amoroso".