Los hechos ocurrieron ahora hace un año en un caserón abandonado situado en el Camino de las Torres, en Zaragoza, donde fue hallado el cadáver del joven cubierto con una manta y con la cabeza y la cara destrozadas por un objeto contundente, al parecer una piedra que fue encontrada en el mismo lugar.

Tras ser detenido por la poicía, el indigente aseguró que había encontrado el cadáver del joven tendido en el colchón del caserón abandonado que compartían desde que el menor huyese de su domicilio familiar en Calatayud.

Según el mendigo, sintió miedo al hallar el cuerpo sin vida por lo que intentó deshacerse del cadáver descuartizándolo. Sin embargo, debido a la repulsión que le produjo no pudo finalizar su tarea, por lo que decidió abandonar la vivienda un día antes de que la policía decubriese lo sucedido.