Los abogados de la acusación pidieron 32 años de cárcel para el procesado, al que imputan un delito de asesinato y otro de lesiones. La fiscalía calificó los hechos de homicidio y solicitó 17 años de prisión para Alejandro G.B., al que también acusó de imprudencia, por la que resultó herido uno de sus propios amigos en la refriega.

El abogao del procesado admitió la existencia del homicidio pero contempló los atenuantes de embriaguez y arrepentimiento espontáneo y pidió a la Sala una condena de 4 años de cárcel para su cliente.

Alejandro G.B., de 20 años, y su víctima, Julián Aragón, estudiante de primer curso de Biológicas, se vieron por primera vez en aquellos momentos.

La víctima recriminó a Alejandro su forma de maniobrar el vehículo que conducía. Un simple golpe en el capó desencadenó el que los cuatro ocupantes del mismo se bjaran y se enzarzaran en una riña, que se saldó con la muerte de Julián Aragón y una herida grave de uno de los amigos del agresor.