Durante el juicio, que ayer quedó visto para sentencia, Antonio García reconocióque asestó ocho puñaladas a su mujer, con la que llevaba casado 52 años.

Antonio García declaró que el día anterior a los hechos había quedado con su esposa en ir a un banco para abrir una nueva cartilla de ahorros a nombre del acusado, y su mujer se negó a acompañarle, "lo que me disgustó mucho. Ella no quería ir porque era una mujer mala y yo no soy malo".

El procesado manifestó que su mujer "era un poco viciosa" y que "se va a bailar con otros hombres ahora que estoy en la cárcel".

Por suparte, Joaquina V.S., recuperada de las puñaladas, que le afectaron a zonas vitales declaró: "yo no podía vivir con él porque le daban unos arranques y me quería matar. Pensaba que me acostaba con otros".

Al parecer, fueron los celos y el dinero los motivos que llevaron al anciano a acuchillar a su esposa en el asilo de ancianos de Cartagena.

Los peritos aseguraron que Antonio García "era perfectamente consciente de lo que había hecho y que no padece ningún trastorno mental".