Durante el interrogatorio, Margarita M. declaró que eran muy difíciles las relaciones con su esposo, porque ambos eran adictos a la heroína, su esposo padecía el sida y a ella misma le fue detectado este síndrome en la prisión.

Asimismo, la acusada dijo que había sido víctima de malos tratos en varias ocasiones por parte de su esposo, con el que contrajo matrimonio 5 meses antes de su asesinato.

Margarita M. relató que la noche del 18 de aril de 1991 su esposo se encontraba muy excitado en el domicilio familiar, por lo que tuvo que acudir a la Policía Local de la Unión, porque le había pegado y echado de casa.

También dijo que cuando cogió el cuchillo de cocina con el que mató a su marido, no lo hizo con la intención de acabar con su vida, sino para evitar que se le acercara, "ya que estaba muerta de miedo y temí que me atacara".

El marido de Margarita M. sufrió una herida mortal al ser alcanzado en el corazón. Según los forenseslos estudios realizados, la víctima se acercó en el momento de la agresión hacia la acusada, lo que pudo favorecer el impacto.

El letrado de la acusación particular ejercida en nombre de los familiares de Fernando Navarro pidió que se elevara la pena a 23 años, cuatro meses y un día.

Por su parte, el abogado defensor de Margarita M. pidió la absolución para su defendida o alternativamente que la acusada fuera condenada por una falta de imprudencia con resultado de muerte y una multa de 25.000 peetas. La defensa sostiene que Margarita M. tuvo una reacción instintiva de defensa ante el miedo insuperable que supuso para ella verse atacada.