Durante la sesión de hoy las distintas partes presentaron sus conclusiones y el fiscal pidió diferentes penas de prisión para los procesados, que oscilan entre 17 y 4 años. los abogados defensores presentaron solicitaron la libre absolución de sus clientes.

En sus informes, los letrados de la defensa rebaten la declaración inculpatoria de un de los acusados, Mariano Urquijo, afirmando que no se ha probado que éste dijese la verdad y que dicho testimonio estaba inducido.

Asimismo, criticaron las actuaciones de los policías que se hicieron cargo del caso y denunciaron que sus defendidos habían sido víctimas de malos tratos y amenazas por parte de la "Ertzaintza" mientras estuvieron detenidos.

La acusación particular, que calificó los hechos de "asesinato con ensañamiento", solicitó 30 años de prisión mayor para cuatro de los acusados,penas de 17 años de prisión para otros seis procesados acusados de homicidio y 2 años y cuatro meses de arresto para Mariano Urquijo.

El abogado de la acusación particular señaló que los procesados tenían un conflicto de intereses con Letona, al ser éste guarda forestal y cumplir con su misión de conservar las plantas jóvenes amenazadas por el ganado, y señaló que los enjuiciados "o son o tienen que ver con pastores, ganaderos o maderistas".

Por su parte, el fiscal pidió 17 años de cárcel para lapersona que presuntamente propinó el golpe mortal en la cabeza a Aureliano Letona, Lorenzo Manzarbeitia. Por un delito de homicidio solicitó penas de 12 años para otros 8 procesados y por encubrimiento 4 años para el dueño del bar en el que sucedieron los hechos. Finalmente, pidió 6 años y un día de prisión para Mariano de Urquijo, al aplicarle el atenuante de arrepentimiento.

Al parecer, en la noche de la víspera de Santa Agueda de hace once años un grupo de personas comenzó a hacer bromas al guarda orestal Aureliano Letona, que se encontraba ebrio, en un bar del barrio de Ibarra, de Orozco.

Las bromas, como cortarle el pelo con unas tijeras de esquilar, desnudarle de cintura para abajo o pegarle en los testículos con una vara, finalizaron después de propinarle varios golpes, el último de ellos en la cabeza con un atizador de cocina que le produjo la muerte. Posteriormente, el cadáver del guarda fue arrojado a la orilla de un río.