FINALIZARON LAS OBRAS EXTERIORES DE LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA, 109 AÑOS DESPUES DE SU INICIO

MADRID
SERVIMEDIA

A 85 metros de altura sobre el nivel de lacalle Bailén se alza desde hoy la gran cruz de hierro y pan de oro que corona la cúpula central de la madrileña catedral de La Almudena, 109 años después de que el rey Alfonso XII colocara la primera piedra.

El primer proyecto presentaba una elevación mucho mayor, según los actuales directores de la obra, pero "hubo que armonizar la catedral y el Palacio Real y bajar la altura para evitar que el palacio quedara como un sello pegado al suelo".

Para instalar la cruz central que completa la obra arqitéctonica exterior de la catedral fue necesaria la participación de 20 hombres, que trabajaron desde la madrugada, y la utilización de dos grúas. Sólo la cruz pesa cerca de 3.000 kilos y los elementos anexos, entre ellos una veleta, superan los 1.500 kilos.

Este símbolo no ha podido ser bendecido en el suelo, como se hizo con las dos cruces que rematan los vértices, de tres metros y medio de altura, precisamente por la aparatosidad del elemento, según el aparejador encargado de la obra, Fernando Ruiz

En La Almudena han trabajado más de 80 personas en los últimos siete años, entre albañiles, cerrajeros, pizarristas, etc. Treinta de ellos pertenecen al oficio de canteros, casi a extinguir en este país.

Estos últimos proceden de municipios de la Comunidad de Madrid: Moralzarzal, Chapinería, Hoyo de Pinares, Colmenar Viejo y Madrid. Unos de ellos, Alfonso Cisneros, de 36 años, aseguró que es el cantero más joven de España.

Estos profesionales, que consideran el trabajo realizado en los últios siete años el más importante de su vida, han tenido que moldear toneladas de piedra arenisca de Novelda (Alicante), de Colmenar de la Oreja -utilizada para los elementos singulares del exterior- y de granito de la sierra de Madrid.

Según Fernando Ruiz, aunque estas piedras difieren mucho de la utilizada cuando comenzó la obra -piedra caliza portuguesa-, su cambio obedece a que la piedra original, que aún se conserva en parte de la catedral, se ha agrietado con el paso del tiempo.

El que en un rincipio se concibió como monumento funerario a la reina Mercedes, esposa de Alfonso XII, ha necesitado más de un siglo para su conclusión exterior y siete arquitectos para diseñar su estilo.

A juicio del actual aparejador, colaborador del arquitecto Fernando Chueca, encargado desde hace 50 años de las obras, La Almudena se encuadra dentro del eclecticismo, que trata de mezclar los distintos estilos antiguos.

Así, el templo presenta detalles del estilo bizantino, domina el gótico antiguo, revivid en el siglo pasado, el barroco clasicista, y tiene una cripta románica junto a elementos frívolos y del gusto particular de cada arquitecto que ha dirigido las obras, como el policromado del techo.

(SERVIMEDIA)
04 Nov 1992
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