Desde entonces, más de un centenar de agentes municipales recorren en parejas las calles de los tres distritos, con la ayua de un radiotransmisor y el apoyo de los coches radiopatrulla de otras unidades.

Entre sus misiones figura la de regular el tráfico en horas "punta", vigilar las entradas y salidas de los colegios, controlar la venta ambulante ilegal, denunciar los desperfectos en las calles y auxiliar y proteger a los ciudadanos que lo necesiten.

López Collado, que esta mañana estuvo en el pase de lista de la unidad encargada del servicio e intercambió opiniones con los policías, declaró a Servimedia que la expriencia está resultando satisfactoria y cuenta con la aprobación de comerciantes y vecinos.

El concejal de Seguridad insistió en que el proyecto pretende recuperar la figura del policía municipal, siempre al servicio del ciudadanos y dispuesto a prestar todo tipo de ayuda, ya sea en materia de seguridad, tráfico o vigilancia administrativa.

CORREA DE TRANSMISION

"El policía de barrio", indicó, "es el encargado de recoger las demandas y quejas de los vecinos para actuar como correa de transmisió y exponerlas a los responsables de las juntas de distrito, con el fin de buscar soluciones a los problemas puntuales".

Respecto a la ampliación de la Policía de Barrio a otros distritos, López Collado apuntó la posibilidad de que a finales de año pueda estar presente en distritos conflictivos del sur de la capital, como es el caso de Usera o Villaverde.

Sin embargo, puso de relieve que el servicio ha sido planteado "sin ningún alarde propagandístico, porque lo que no queremos es crear unas expecativas que luego no estemos en condiciones de cumplir".

"La Policía de Barrio", precisó, "no es el bálsamo milagroso ni la panacea universal para resolver los problemas de la ciudad. La policía no puede estar omnipresente, porque si así fuera estaríamos en estados militarizados".