Ese incremento del aro provendrá tanto de la destrucción neta del empleo existente, en 247.500 personas, como del aumento de la población activa deseosa de incorporarse al mundo del trabajo, en otros 119.300.

Sólo la agricultura se salvará de la destrucción de empleo, ya que se generarán 14.000 puestos de trabajo. La peor evolución se dará en la industria, con una pérdida de 159.700 empleos; en la construcción, con 66.300 parados más, y en los servicios, con otros 35.500.

En conjunto, la tasa de paro pasará del 20,por ciento de la población activa en el último trimestre de 1992 al 22,3 por cien en el mismo periodo de 1993, lo que se aleja claramente del objetivo trazado en el Plan de Convergencia, que la situaba en el 18,9 por cien.

Con estas previsiones de empleo, el informe de la FIES estima que el PIB crecerá este año entre un -0,2 y un 0,2 por ciento, en lugar del 1 por cien estimado por el Ejecutivo.

Por otra parte, en un comentario firmado, Enrique Fuentes Quintana señala que 1992 ha abierto una nuea fase en la economía española caracterizada por el fin de la convergencia real con Europa entre 1985 y 1991 y la entrada en recesión en el cuarto trimestre del año pasado.

Los expertos de la FIES estiman que la recesión será en el primer trimestre de 1993 todavía más grave que en el último de 1992, cuando el PIB cayó un 1,2 por ciento respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

A su juicio, "la inercia de este comportamiento recesivo manifiesta hasta qué punto es cierto que el desarrollo s ha ido ya en el pasado reciente y, también, del horizonte más próximo de la economía española".

Ese es, añaden, "un dato dramático del que debería partir el ejercicio de responsabilidad al que están obligados los agentes económicos y los partidos políticos para buscar soluciones a la difícil situación en la que nos encontramos".

DUDAS

La FIES señala que los grandes problemas de la economía española son su inflación superior a la media comunitaria y centrada en el sector servicios, la magnitud el déficit exterior y la existencia de "un déficit público bajo sospecha".

A su juicio, el déficit conjunto de las Administraciones Públicas, estimado por el Ministerio de Economía en un 4,4 por ciento para 1992, permite "albergar dudas razonables" sobre su validez.

Entre los factores de sospecha, la FIES tacha de "intuición voluntarista" cifrar el déficit de las haciendas territoriales en el 1,35 por ciento del PIB y recalca que una estimación "tan moderada" no parece casar "con las impresionestendencias de un gasto público autonómico y local en expansión".

También existen dudas, en su opinión, sobre la contabilización de los déficits del INEM y del INSALUD, así como de los beneficios derivados de la privatización parcial de Repsol.

Todas estas dudas conducen a la FIES a abogar por "la urgente necesidad de reformar el sistema contable público, de forma que se impida la conculcación de los principios presupuestarios de competencia y universalidad del presupuesto o, por decirlo en térmios más populares, operaciones de maquillaje de las cuentas públicas".

Finalmente, el informe aborda la cuestión salarial y afirma que el incremento de los costes laborales unitarios fue en 1993 fue un 50 por ciento superior a la media de los países comunitarios, lo que la FIES juzga incompatible "con la estabilidad de precios y el crecimiento del empleo".

Ante todos estos problemas, la FIES alerta contra los "errores" de política económica en que podrían incurrirse para afrontar la crisis, como ceer que se puede resolver el problema del paro antes que la inflación, bajar los tipos de interés sin haber controlado los precios, abandonar el Sistema Monetario Europeo o utilizar el sector público para combatir el desempleo.

También critica a quienes restan importancia a los efectos inflacionistas de las subidas salariales, reclaman una nueva devaluación de la peseta o consideran que en ningún caso son necesarios pactos globales.

La FIES también llama a "erradicar el pesimismo que hoy invade ala sociedad española", por entender que "no hay nada más estéril que la autoflagelación que deriva de una valoración realista de los problemas económicos actuales".