En un informe titulado "Horizonte en el 96, Tropezón en el 92", la FIES afirma que todos los indicadores de 1992 muestran un empeoramiento respecto a 1991, salvo en la inflación y el déficit público, si bien califica de "poco fiable" la prvisión oficial sobre este último.

Para la FIES, las bases del crecimiento de la economía española no son sólidas, al depender excesivamente de las exportaciones y del consumo público y privado, sin contar con un fuerte impulso inversor.

A su juicio, la desaceleración de la inversión obedece a la caída de los excedentes empresariales, al elevado endeudamento de las empresas y a la situación de morosidad en que muchas de ellas incurren para salir del paso, lo que les obligará a un proceso de saneamento.

A ello se une la "preocupante ausencia" tanto de acuerdo social como de pacto político para cumplir las condiciones de Maastricht, "que impiden la existencia de un programa de acción políticamente consensuado y socialmente apoyado para asegurar la convergencia española hacia Europa".

Para la FIES, la inversión crecerá este año sólo un 1 por ciento (menos incluso que en 1991), y no el 3,2 por ciento que prevé el Gobierno. Asimismo, los precios crecerán una media del 6,2 por cien, según sus etimaciones.

SECTORES EN DECLIVE

Por otra parte, la FIES ha realizado un análisis sobre las actividades que declinarán y los que mejorarán sus posiciones en los próximos años tanto en el sector agrario como en el industrial.

Según sus estimaciones, en el sector agrario, las perspectivas son desfavorables para los cultivos de secano, el ganado vacuno y la pesca marítima, mientras que son positivas en los vinos con denominación de origen, las frutas y hortalizas, el ganado porcino y la acuicultura

En la industria, las perspectivas son claramente negativas en carbones y minerales, minería metálica, siderurgia, metalurgia, química básica, construcción naval, textil y confección, calzado y manufacturas de caucho.

Son buenas en las empresas eléctricas, refino de petróleo, producción y distribución de gas, productos minerales no metálicos, industria química, transformados metálicos, industrias alimentarias, e industrias del papel.

En la construcción, las perspectivas son buenas. En conjuno, las ramas en declive suponen el 5,33 por ciento del PIB, de los que el 3,47 por ciento corresponden a la industria y un 1,86 por cien a la agricultura y la pesca.