LA FIES AFIRMA QUE EL PROGRAMA DE CONVERGENCIA ES INCONCRETO, VOLUNTARISTA Y POCO REALISTA
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La Fundación Fondo para la Investigación Económica y Social (FIES), que dirige el profesor Enrique Fuentes Quintana considera que el Programa de Convergencia es voluntarista, inconcreto en algunas cuestiones y poco realista en sus previsiones macroeconómicas fundamentales.
En un informe titulado "Acerca del Programa de Convergencia, la FIES asegura que la necesidad de un plan para entrar en la última fase de la Unión Económica y Monetaria está fuera de toda duda, pero que la lectura del documento elaborado por el Gobierno genera "cierto desconcierto respecto a su contenido concreto".
La FIES objeta al plan qu es "breve, y en muchos aspectos poco comprometido", y que "adolece de falta de concreción en temas clave, lo que conduce, con relativa frecuencia, a un discurso más voluntarista que cimentado sobre la realidad económica nacional".
También critica la insistencia con que se afirma que las medidas de convergencia no exigen costes ni esfuerzos importantes para la sociedad española, cuando la realidad es que controlar la inflación como objetivo prioritario "comporta un menor dinamismo en el crecimiento ecnómico".
La FIES tampoco duda del cumplimiento de las previsiones macroeconómicas y señala que "basta contratar los datos proyectados para 1992 con el curso conocido de los hechos en lo que va de año para anotar ya disparidades sustanciales". A su juicio, los objetivos "son, sospechosamente, tanto más exigentes cuanto más se dilatan en el tiempo".
Otra objeción planteada por la FIES es la ausencia de un programa claro de contención en el gasto y las empresas públicas, ya que, al ir unida a la proesa de congelar la presión fiscal, "resta credibilidad a la drástica reducción programada en el déficit público, en contraste con la experiencia reciente".
Finalmente, critica el "vacío" existente en el plan en cuanto a las medidas de fomento del ahorro necesarias para acelerar el crecimiento de la economía a medio plazo y la falta de lineas de actuación en el desarrollo sectorial de la economía.
A este último respecto, la FIES precisa que "no se trata de reclamar objetivos sectoriales -siempre icumplidos- a la usanza de los viejos planes de desarrollo, pero sí algunas precisiones sobre las líneas maestras de la evolución sectorial consistente de la economía española del futuro".
En todo caso, la FIES afirma que "estas ausencias y limitaciones del Programa de Convergencia no impiden reconocer la solidez de su argumentación de base: la necesidad de emprender acciones para contrarrestar esa 'propensión a la inflación' característica de la economía española que claramente resaltaba el informe dela OCDE sobre España".
Esas acciones requieren, a su juicio, "políticas de demanda y reformas estructurales en el terreno de la liberalización y flexibilización de los mercados de bienes y factores, entre los que ocupa, sin duda un destacado papel el mercado de trabajo".
LOS EXPERTOS COINCIDEN
Las principales críticas formuladas por la FIES, especialmente el "voluntarismo" del plan y la ocultación de los sacrificios necesarios para conseguir los objetivos, son compartidas por los tres expertos onsultados por la fundación, los profesores Joaquín Muns, Emilio Ontiveros y Javier Quesada.
Muns afirma que "la desproporción entre objetivos ambiciosos y los medios relativamente limitados" dan al plan de convergencia del Gobierno un aspecto claramente voluntarista.
En su opinión, el programa de convergencia es un plan de ajuste que comporta esfuerzos, por lo que se falsea la realidad al presentarlo como "un camino de bienaventuranzas que, sin sacrificio, nos llevará al Edén de la unión económia y monetaria".
Ontiveros, tras recalcar que son escasas las objeciones que pueden hacerse a los propósitos del plan, indica que las previsiones sobre las magnitudes macroeconómicas está "sobradas de un característico voluntarismo que la realidad ya ha empezado a desautorizar en aspectos tan centrales como los relativos al crecimiento de la economía o la variación de los precios".
Javier Quesada señala que la confianza que deposita el plan en la reforma del mercado de trabajo y la liberalización conómica "no parecen suficientemente justificadas". A su juicio, "la desregulación y liberalización de la economía ha sido en parte agotada en los últimos años y la reforma del sector público hioy no se la cree nadie".
(SERVIMEDIA)
08 Mayo 1992
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