Las consecuencias de la vacunación de animales en la economía europea son incalculables por el momento. Por esta razón, los Quince siguen sin apoyar esta medida para lucharcontra la enfermedad de la fiebre aftosa, aunque en determinados casos parece que empieza a ser la única opción.

Los Quince están de acuerdo en que los Estados miembros que hayan registrado focos de la enfermedad deberían establecer planes de contingencia para proteger a los animales de los zoos, a los que incluso se les debería llegar a vacunar de existir el riesgo. Mientras tanto, los Estados restantes, con menores índices de riesgo, deberían mantener la vigilancia normal.

En el caso de que algn Estado considerara necesaria la vacunación de los animales de zoos, la Comisión realizaría un análisis individualizado y presentaría ante la Oficina Internacional de Epizootías el caso, por las consecuencias que tendría para el comercio con terceros países. Los expertos no están, en principio, en contra de vacunar a las especies protegidas que vivan en los zoos, aunque esta medida supone ciertas incertidumbres técnicas y legales.

Las medidas impuestas por la OIE para el comercio de animales no prevé esta situación. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que el uso de una vacuna en un animal de zoo afectaría al estatus de la zona o región con relación a la enfermedad. Eso supondría que los socios comerciales podrían no aceptar las exportaciones de animales vivos y de los productos no tratados específicamente.

En este sentido, la Comisión ha enviado una notificación a la OIE solicitando una urgente revisión del código de salud animal, para que tenga en cuenta el caso de vacunación en animaes que viven en zoos y parques.