COAG planteó esta reclamación tras expresar su profunda preocupación por la detección de un primer foco de fiebre aftosa en el continente europeo, concretamente en el departamento francés de Mayenne.

Esta organización agraria considera que el caso francés debe obligar a poner en marcha en España un programa de alerta más exigente que el hasta ahora en vigor, cerrando las fronteras del Estado e inmovilizando a todos los animaes, excepto a los que vayan dirigidos al matadero.

COAG cree que "el ganado bravo no puede ser una excepción a la norma, porque puede extender la fiebre", y recuerda que "los animales que van a las plazas pueden ser de distintos hierros o ganaderías, lo que supone un riesgo añadido, no por medio de los animales que participan en la lidia, porque se sacrifican en la arena, sino a través de los habituales mansos o cabestros, que sí vuelven a las dehesas".