El año pasado, el INM alcanzó un nivel de acierto de las predicciones a veinticuatro horas del 90 por ciento durante el último cuatrimestre.

Respecto a los fenómenos meteorológicos adversos o más extremos, el Instituto emitió alrededor de 2.500 avisos durante 1997, con un acierto del 80 por ciento de los fenómenos que finalmente ocurrieron, entre los que se incluyen todos los que tuvieron un impacto social alto.

Según el INM, estos grados de fiabilidad son imilares a los que registran los países con la meteorología más desarrollada, por lo que es díficil lograr una mejora sustancial, a causa de las limitaciones que todavía presentan las técnicas de predicción.

ANOMALIAS CLIMATICAS

En relación a las condiciones meteorológicas que predominaron en 1997 en España, el análisis del INM confirma que fue un año caracterizado por importantes anomalías climáticas, destacando las precipitaciones de la segunda mitad del año, el carácter especialmente seco y cálid del trimestre febrero, marzo y abril y la inusual actividad tormentosa registrada durante el verano.

En numerosas zonas se batieron récords históricos relativos a máximas y mínimas de temperaturas y precipitaciones, como en el Guadalquivir y Bajo Ebro donde llovió notablemente más de lo habitual en enero.

En septiembre se produjeron valores extremos en precipitación en Huelva, Málaga, Jaén y Alicante, y en noviembre la lluvía pulverizó registros históricos en numerosos puntos de la mitad occidenal y Madrid.

También en Madrid se asistió al final de invierno más seco del siglo, algo que también ocurrió en ciudades como Badajoz, La Coruña y Santander, mientras que Barcelona sufrió la primavera más seca que se haya conocido.